En el año 1.788, el editor James Caulfield, tuvo la idea de retratar y contar las historias de las personas más bizarras, inusuales y extraordinarias del mundo, que reuniría en un libro llamado "El Libro De Las Personas Maravillosas".
El objetivo de este libro no estaba en reírse de las características de ciertos individuos, al contrario; el libro es una celebración de las diferencias y la denuncia a quienes se empeñan en discriminar a las personas con rasgos distintivos.
A continuación, voy a mostrar a algunas de las personas que aparecen en el libro:
-EVE FLEIGEN: LA MUJER QUE ASPIRABA FLORES
Nació en Alemania y su caso recorrió Europa causando tanto asombro como desconfianza. Debido a una promesa, Eve Fleigen se abstuvo de ingerir sólidos. Después llegó a rechazar incluso los líquidos, hasta que finalmente dejó de alimentarse por completo, al menos con comida tradicional. Durante catorce años siguió una dieta estricta a base de flores. El libro no aclara cuáles eran sus preferencias; pero sí que sólo comía flores durante la cena. En el día engañaba el apetito aspirándolas.
-JOSEPH CLARK: EL AMO DE LA POSTURA
Joseph Clark tenía la habilidad de dislocar prácticamente cualquier parte del cuerpo asumiendo posturas extrañas. Esta capacidad no le traía ningún dolor físico pero por sugerencia de su familia, visitó a uno de los cirujanos más famosos de Londres, el doctor Molins. El médico quedó muy impresionado por la flexibilidad casi sobrenatural de su paciente, pero no quiso tratarlo. Consideró que tales habilidades eran un rasgo especial que nadie debía corregir para ser igual que los demás.
-BARBARA URSELIN: LA MUJER BARBUDA
Nació en la aldea de Kempten, en Alemania. En el libro se denuncia que fue exhibida como un animal en distintas ferias locales, donde se la presentaba como "la mujer barbuda" o "la mujer lobo". Posteriormente, fue contratada por el anatomista Thomas Bartholin, quien cambió estas exhibiciones por una exposición académica en una Universidad de Medicina. El libro también aclara que el vello que le cubría el rostro y el cuerpo era apenas uno de los rasgos que la hacían extraordinaria. Cuando la muchacha logró librarse de su compromiso con Bartholin demostró una gran habilidad para tocar el clavicordio.
-FRANCIS TROVILLOUS: EL HOMBRE CORNUDO
Este hombre nació en la aldea de Mezieres. Francis Trovillous tenía un cuerno en la parte superior de la frente. A los siete años, su cuerno comenzó a ser visible; cuando cumplió los diez años, ya tenía el largo de un dedo, y al rozar los veinte, debió empezar a limarlo periódicamente para evitar que se le comparara con una cabra. Francis Trovillous estaba orgulloso de su cuerpo, aunque prefería el apodo de "unicornio humano" por encima de el de "hombre cornudo". Fue contratado para un espectáculo de París y durante dos meses fue la sensación de la ciudad. Tras ser sustituido por atracciones más novedosas, se mudó a Nueva Orleans, donde murió en poco tiempo.
-GEORGE ROMONDO: EL IMITADOR EXCÉNTRICO
Ya de por sí George Romondo atraía al público por su figura diminuta y su atuendo singular pero su verdadero don consistía en imitar prácticamente cualquier sonido. Tenía oído agudísimo que le permitía diferenciar las variaciones acústicas de un modo tan preciso que no existía sonido en el mundo que no pudiese imitar a la perfección. Resultan memorables sus conciertos de trompeta y violín, que le ganaron un merecido lugar en las cortes más decadentes de la época. A su amplio repertorio musical le añadió la reproducción de sonidos por los orificios nasales, esta vez ausentes de propiedades comerciales.
-OLD BOOTS: EL LUSTRABOTAS
Old Boots nació en el condado de Yorkshire (Inglaterra), donde ejercía el oficio de lustrabotas para una prestigiosa posada. Tenía un temperamento encantador y una habilidad extraordinaria para lustrar botas. Sin embargo, la mayoría de su clientela le era fiel por la particularidad de su rostro. Old Boots tenía una nariz bastante larga así también como un labio inferior capaz de cubrir por completo la superficie nasal, causando asombro y espanto en proporciones desmesuradas. Sus correctos modales, su buena conversación sobre el clima, pero sobre todo la amabilidad con la que trataba con sus clientes, le ganaron el favor de muchas personas influyentes.
-FOSTER POWELL: EL SORPRENDENTE CAMINANTE
Caminó cincuenta millas por la ruta de Bath en apenas siete horas. El recorrido fue presenciado por un grupo de entusiastas a caballo que registraron la hazaña. Este hecho le ganó numerosos éxitos en competiciones; logrando cubrir la distancia de diez millas en menos de una hora. Estas caminatas eran efectuadas vistiendo el atuendo de rigor para los caballeros de la época: sobretodo y zapatos de cuero. Nadie exactamente sabe la fecha de su muerte. Algunos maliciosos sostenían que dejó de caminar ya que se habría afincado en una modesta propiedad londinense.
-TOBY: EL MENDIGO IMPOSTOR
Fue una figura muy popular en las calles de Londres. Durante el día, Toby era un mendigo de las calles de Londres. Su andar quejumbroso, su vestuario andrajoso, su peculiar manera de chasquear los labios, pero sobretodo la ausencia de algunos dedos de los pies, le permitieron vivir holgadamente con la mendicidad. Pero por las noches, sin embargo, recorría estas mismas calles pero con una jovialidad impresionante. Pero la habilidad más asombrosa de Toby era la capacidad de persuadir a quienes descubrían sus estratagemas.
-EL CONDE BORUWLASKI: EL CELEBRADO DUENDE POLACO
El Conde Boruwlaski evidencia que los defectos físicos de las personas no necesariamente les impiden destacarse positivamente. Al parecer, este hombre tenía una elegancia innata y era capaz de desempeñarse en la pista de baile como un pavo real. Las mujeres caían rendidas a sus pies. Solía ser contratado por los bailes de la corte y distintas reuniones gestionadas por la alta sociedad, donde ejercía el oficio de acompañante para las muchachas que acudían sin pareja o cuyas parejas que mostraban signos de agotamiento. Boruwlaski pronto se convirtió en uno de los amantes más solicitados de la corte polaca.
-FLORAM MARCHAND: EL FERMENTADOR HUMANO
Un francés llamado Floram Marchand fue presentado en Londres como el fermentador humano; era un sujeto con la capacidad de beber una jarra de jugo de uvas y unas horas después, vomitaba los más refinados vinos. Esta no era su única habilidad. Al parecer, su boca podía asumir formas insólitas logrando al mismo tiempo diferentes chorros de vino fermentados en su aparato digestivo.
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