jueves, 28 de mayo de 2015

Banshee

Las Banshee son espíritus femeninos del folclore irlandés que según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus gemidos la muerte de un pariente cercano. Son consideradas hadas y mensajeras de otro mundo.
Se cree que son espíritus de la Naturaleza o los ancestros venerados por los Escotos antes de que los introdujeran al cristianismo. Algunos teósofos y Celtas se refieren a ellas como "Ángeles Caídos".
Tradicionalmente, cuando una persona moría, una mujer cantaba un lamento en el funeral. Estas mujeres se llamaban Kenners, y las mejores serían las más solicitadas. La leyenda cuenta que en cinco grandes familias gaélicas, el lamento era cantado por una mujer hada. Ella cantaría el lamento cuando un miembro de la familia muriese, incluso si la persona había muerto lejos y la noticia de su muerte no había llegado todavía. De manera que el llanto de la Banshee sería la primera advertencia que tendría la familia de esa muerte.
Posteriormente, se dijo que las Banshee mostraban su respeto hacia los difuntos gimiendo o lamentándose debajo de la ventana del moribundo, a veces elevándose por los aires hasta varios pisos de altura para poder hacerlo. Cuando varias Banshee aparecen a la vez, sería señal de muerte de alguien importante o incluso de carácter sagrado.
Una Banshee puede aparecer también en la distancia, una figura solitaria que anuncia la muerte paseando por las colinas que circundan la casa de la familia o sentada sobre un muro de piedra. A veces no es visible, pero sus gemidos penetrantes no dejan lugar a dudas respecto a su presencia.
Aparte de ser mujeres, las características más comunes de las Banshee son cabello largo muy abundante, manos con uñas largas, un vestido que va desapareciendo en la parte inferior por lo que no se ven sus piernas, generalmente es de color blanco o gris, escucha voces en su cabeza y su mejor cualidad es el grito de ayuda.
La Banshee más famosa es Aibhill y rondaba la familia de los O´ Brien. Según cuenta la leyenda, el anciano rey Brian Boru partió hacia la batalla de Clontarf sabiendo que no iba a sobrevivir. Aibhill se le había presentado la noche anterior, lavando la ropa de los soldados hasta que toda el agua se había vuelto roja como la sangre.
Representación de Aibhill.

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