sábado, 28 de octubre de 2017

Rusalka

Dentro de la Mitología Eslava, una Rusalka era un fantasma, Ninfa del agua, Súcubo o Demonio que vivía en un canal.
De acuerdo con muchas tradiciones, una Rusalka era una Sirena que vivía en el fondo de los ríos. A medianoche, acostumbraba a salir y bailar en los prados. Si veían a un hombre hermoso, lo hechizaban con canciones y bailes; y, entonces, lo conducían al fondo del río a vivir con ellas.
La Rusalka poseía la sabiduría universal de todos los conocimientos y de todas las ciencias, era la que otorgaba la inteligencia a todo ser.
En algunas ocasiones se dice que la Rusalka es un ser muerto asociado con la fuerza oscura. Las personas que han muerto violentamente y antes de tiempo así como aquellas mujeres que se han suicidado porque su novio rompió con ellas, o aquellas que se quedaron embarazadas fuera del matrimonio, deben pasar el tiempo asignado de vida como espíritus en la Tierra.
Existe otra versión que dice que una Rusalka es el alma de una mujer joven que ha muerto cerca de un río o lago y embruja dicho lugar. No es necesariamente mala y le será permitido morir en paz si su muerte es vengada. También se dice que son niños no bautizados, por lo general, que nacieron fuera del matrimonio y que son abandonados por sus madres. Estos seres vagan por el bosque y piden ser bautizados para poder tener paz. No son necesariamente seres inocentes, e incluso, podrían atacar a un ser humano.
Debido a que el lugar al que pertenece es el río en que murió, la Rusalka puede salir de él y trepar a un árbol donde se sienta y canta, puede ir a un muelle y cepillar su cabello o unirse a otras y bailar en el campo.
En algunas ocasiones se dice que los ojos de la Rusalka brillan como fuego verde, en otras se dice que son extremadamente pálidas, sin pupilas visibles. Su cabello es descrito de color verde y siempre húmedo. Según algunas leyendas, si se seca su cabello, mueren.
Los hombres que son seducidos por ellas pueden morir en sus brazos y se dice que oír su risa también puede provocar la muerte. No obstante, algunas Rusalki amaban a los mortales, una incluso abandonó su lago para casarse con un príncipe. La única condición para la unión era que la Rusalka permaneciera entre los humanos mientras él le fuera fiel. Ante una infidelidad, la Rusalka volvía a su hogar y un simple abrazo significaría la muerte.
Se creía que las Rusalki eran más peligrosas durante la Semana de la Rusalka, a principios de Junio. Durante este período abandonaban la profundidad de las aguas para columpiarse en las ramas de los abedules y los sauces por las noches. Nadar en esta semana era estrictamente prohibido por temor a que arrastrasen al nadador hasta el fondo del río.

No hay comentarios:

Publicar un comentario