Ernest Dowson es una pieza fundamental en la Poesía Victoriana. Este poema expresa sentimientos muy complejos por no decir intransferibles, como la desesperanza y la desilusión.
Vayamos entonces: la noche está a nuestro alcance;
El día yace exhausto, todas las aves han volado;
Y nosotros hemos cosechado la siembra de los dioses;
Muerte y desesperación, honda oscuridad sobre la tierra
Jóvenes como el búho, no podemos comprender
Ni el llanto ni la risa, pues sólo conocemos la vanidad:
Que ha impulsado nuestra perversa desolación.
Vayamos entonces: hacia un ignoto sitio, extraño y frío;
A las Tierras Vacías, donde los justos e injustos
Encuentran su fin, donde descansan los viejos;
Liberados del amor, del miedo y la lujuria.
Unamos las manos desgarradas, roguemos al suelo que rodee
Nuestros corazones enfermos y los disuelva en polvo.
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