domingo, 19 de noviembre de 2017

El cabello en el siglo XIX

En el siglo XIX quedó demostrado que el cabello podía ser la expresión exterior del pensamiento. En la primera mitad de siglo, el cabello será despeinado, seco, sin productos artificiales, sin ostentación; es decir, una expresión del sentido de libertad individual fruto de la influencia del Romanticismo.
En los primeros años del siglo XIX, los hombres usaban así el cabello con este estilo y no se veían casi las barbas.
El estilo de cabello de las mujeres fue durante el período del Imperio Napoleónico, (que coincidió con el Georgiano y la Regencia de Inglaterra en la primera década de siglo), con inspiración en la Antigua Grecia. Usaban rizos en la frente y cerca de las orejas, y atado en un nudo o rodete en la nuca; solían adornarlo con diademas o cintas. Después de 1.820, comienzan a usar el cabello partido en el medio y con bucles sobre la orejas. En esta época todas las mujeres usaban para salir a la calle un sombrero o bonete.



















Cerca de 1.835, los peinados de las mujeres son un poco más elaborados y los hombres comienzan a usar bigotes y barbas.



















En la Era Victoriana, los estilos de cabello tanto masculino como femenino variaron a través de las décadas de este período. Los hombres desde 1.840 hasta 1.865, usaron el cabello más o menos largo y se pusieron de moda los bigotes, los grandes mostachos, las patillas y las barbas en punta. También estuvo de moda el estilo puritano, sin bigote y con patillas y barba corta.
Después de 1.860 y hasta fin de siglo, los cabellos se fueron usando más cortos, pero las barbas y especialmente los mostachos siguieron usándose. Los hombres usaban distintos tipos de ceras y aceites para mantener sus mostachos en forma, incluso se ponían armazones por la noche para conservar la forma del bigote. Hacia el final de siglo muchos optaron tener sus rostros completamente afeitados y el cabello corto. El aceite más popular para acondicionar y fijar el cabello fue el aceite de macasar.
En cuanto a las mujeres, Lola Montez, Condesa de Landsfeld, publica un libro con sugerencias para fascinar a los hombres, que contenía recetas para teñir el cabello que se vuelve gris por las canas.
Las mujeres en 1.840 hasta 1.860, usaban rodetes en la parte superior de la cabeza y los combinaban con rizos que colgaban a los lados de la cara. Adornaban sus cabellos con peinetas, flores, hojas, perlas o cintas enjoyadas. Solían peinarse también con una raya en el medio y un rodete en la nuca. Los rizos y ondulaciones después de 1.860 fueron muy populares y usaban rulos de metal durante la noche para mantener el cabello ondulado. En 1.872, se patentó la "plancha eruladora", que eran unas tenazas en forma de tubo que se calentaban y mantenía el cabello ondulado.



Cerca de 1.880, se usaba el estilo "pompadour" que consistía en levantar el pelo hacia arriba en la parte central y dejar caer los rizos hacia los lados. Una variante fue el "estilo francés", que era el pelo amontonado en la part
e superior de la cabeza y rizos en la frente. 
Estilo francés.
El estilo "Gibson Girl" se puso de moda cerca de 1.890 y duró hasta entrado el siglo XX. Las mujeres se añadían en la parte frontal de la cabeza postizos de pelo que hacían generalmente de su propio cabello.
"Gibson Girl" español.

 

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