sábado, 18 de noviembre de 2017

La moda a principios del siglo XX

A comienzos del siglo XX, la moda empezó a crear nuevas tendencias acorde con los inicios de un nuevo siglo. Se impuso la silueta en forma de "S", que se lograba con un corset bastante entallado que empujaba el busto hacia arriba y hacía la cintura mucho más estrecha, lo que hacía difícil la respiración de las damas de aquellas época.
Las faldas eran ajustadas en las caderas y se iban ensanchando en forma de campana hasta llegar al suelo. También durante esta época surgieron los trajes sastre y los vestidos de corte con cierta influencia masculina para las mujeres.
Las plumas y los encajes aparecieron con muchísimo éxito durante esta época, sobretodo en los grandes sombreros, diseñados con múltiples ornamentos. Claro está que esa moda sólo podía ser seguida por las clases altas de la sociedad, especialmente en Inglaterra y Francia.
A partir de 1.908, la moda ya no fue tan incómoda y la cintura dejó de marcarse tanto poniéndose de moda el talle imperio inspirado en la época de Napoleón. Asimismo, se impuso una adaptación de los ballets rusos así como el gusto por lo oriental.
La ropa interior también cambió de forma radical ya que apareció el sujetador y el corset se dejó un poco de lado. Las faldas dejan de tener vuelo y se empiezan a usar muy pegadas al cuerpo. El escote en "V" aparece ya.
Poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, se empieza a usar una sobrefalda a la altura de la rodilla a fin de dar vuelo a los vestidos que se utilizaban algo entallados. Asimismo, los sombreros se reducen en sus dimensiones; surgen las primeras marcas de ropa deportiva, exclusiva para aquellos que les gustaba practicar patinajes, esquí o tenis.
Después de esta visión general, iré por décadas describiendo cada década con mayor detalle:
-1.900-1910:
Era una época donde los cánones de belleza imponían ciertas características para hacer mujeres ideales. Para llegar a este ideal muchas mujeres ponían en riesgo su salud al igual que en el siglo XIX. Seguía no estar bien visto lucir una tez morena, utilizando así sustancias muy peligrosas para blanquear la piel que contenían Plomo o Arsénico. Pero llegaban a marcarse más las venas para que no se dudara de su delicadeza cutánea.
Los cabellos blancos y ondulados daban un look juvenil, para lograr esto se seguía recurriendo de rizadores. Para tener el cabello blanco se volvió al uso de postizos o permanentes.
Para afinar la cintura, las mujeres de la época llegaban a estrechar su figura con ajustadísmos corsés como en el siglo XIX.
Corset inglés de 1900.
Las feministas fueron las primeras que consiguieron que se aceptara el maquillaje de color. Las actrices, acostumbradas a maquillarse solo en escena, comenzaron a lucir color fuera del ambiente teatral. De esta forma, muchas mujeres poco a poco se atrevían a mostrarse con colorete, máscara de pestañas y a teñirse el cabello con henna.

Como he mencionado antes, en 1.908, la moda empezó a cambiar y la cintura dejó de marcarse tanto poniéndose de moda el talle imperio inspirado en la época de Napoleón. Asimismo, se impuso una adaptación de los ballets rusos así como el gusto por lo oriental.
-1.910-1.920:
Es una década donde el uso del maquillaje era habitual pero el resultado deseado era muy natural. Ya los rostros blancos y empolvados no se veían tanto. 
Durante la guerra, no estaba bien visto malgastar el dinero en maquillaje, así que solo se usaba un poco de labial rojo y vaselina. 
El cabello, que hasta entonces lucía rizado y ondulado, comenzó a peinarse con raya. El final de la guerra hizo que muchas cosas cambiaran, repentinamente todas las mujeres deseaban lucir enigmáticas y peligrosas. Se cortaban el pelo de manera muy masculina, destacaban los ojos y se pintaban los labios de un color rojo muy intenso.

En 1.910, la influencia del ballet ruso recorría Europa. Los colores llamativos y la exquisitez oriental, reemplazaron a los tonos pastel y a las faldas largas. Gracias a esta nueva moda las mujeres se atrevieron a desafiar los sólidos principios morales que las ataban y comenzaron a mostrar el cuerpo, lo que por supuesto no fue posible sin escándalo eclesiástico y machista de por medio. 
Los cuellos tan altos dieron paso a los escotes en "V" y las faldas se acortaron levemente dejando al descubierto los tobillos, cosa que también causó estupor en la época. 
Una vez finalizada la guerra, en 1.918, la falda campana dio paso a los cortes rectos. El corset cambió de estrategia, si antes se había utilizado para levantar el busto, ahora se utilizaba para disminuirlo. Este tipo de corset y los vestidos acinturados en la cadera dibujaron el nuevo tipo de belleza de la mujer, que buscaban parecerse más a los hombres. Se cortaron el pelo y perfilaron las cejas. También se borraron los antiguos patrones sociales que diferenciaban a las clases.
En plena época de post guerra y representando a una nueva generación de mujeres independientes y modernas, apareció la figura de Coco Chanel. Su estilo cómodo y práctico representaba la revolución femenina y la economía debía surgir en época de recesión. Por esta razón, introdujo materiales más simples y baratos. Creó entonces los trajes de punto, tejidos finos que otorgaban más y mejor flexibilidad para la mujer, ya que ésta ponía en énfasis la práctica deportiva.
-1.920-1.930:
Para considerarse chicas modernas, las mujeres debían lucir el corte a lo chico, pero los hombres no aceptaban esta moda. Este corte podía llevarse tanto con el cabello lacio o rizado y ondulado; algunas lo adornaban con una cinta en la frente. 
El maquillaje se usaba de forma muy recargada sin importar que se viera artificial; los ojos negros, la boca roja y las cejas cuidadosamente perfiladas en forma semicircular era su característica principal. En el año 1.925, aparece en el mercado la primera laca de uñas de color, que rápidamente se hizo muy popular. El objetivo principal de este look era la provocación. En esta época apareció la primera máscara de pestañas resistente al agua que hizo que el comercio de las cosmética creciera de forma rápida. Por su parte, Coco Chanel mostraba su piel morena consiguiendo así gran cantidad de imitadoras.
La silueta de la mujer se hace completamente lisa en la parte superior, de forma que el look unisex o andrógino se generaliza. Se consigue eliminar la farda larga de la década anterior y la sobrefalda que se lleva sola, pierde su vuelo. Las axilas y las piernas comienzan a afeitarse. Chanel impone las prendas unisex como el jersey. Se llevan vestidos enteros con flecos y bolsitos pequeños. Las prendasse acortan por encima del tobillo.
Con la crisis económica de 1.929, el lino se puso de moda junto a los materiales artificiales como las medias de seda sintética. 
En 1.930, las pautas a seguir eran mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas como una esfinge egipcia. A finales de este período el punto erótico era la espalda, que era resaltada por prominentes escotes. Ahora la mujer estaba envuelta en un halo de encanto, sensualidad y misterio. La mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas. 
Los vestidos de día eran tan cortos como los de noche. La prenda que se usaba debajo era una combinación de algodón de color crema compuesta por un corset y un sujetador para disimular los pechos, con tirantes ajustables, parte delantera bordada, partes laterales y traseras elásticas, cierre lateral con corchetas y cuatro porta ligas ajustables. Todo esto era confeccionado con un nuevo material: el rayón. 
Los zapatos estaban diseñados para que el pie no resbalara. El calzado se sujetaba al tobillo con una tira.
-1.930-1.940:
El ideal de belleza de esta época no exigía demasiado, la mujer debía ser delgada, femenina y con aspecto atlético y cuidado. Lucir la piel morena era una premisa. Se priorizaba la belleza interior y por eso llevar una vida natural era la mejor opción. 
El maquillaje recargado era considerado vulgar; los productos indispensables en esta década eran el perfilador de cejas, la vaselina para dar brillo a los párpados, sombras en colores morado, plateado, marrón, verde, azul y violeta, máscara de pestañas, pestañas postizas, colorete y carmín. En 1.938, Max Factor lanza la base de maquillaje. 
El cabello se llevaba con un largo medio, peinado con ondas desde la frente. El rubio era el color de moda. 
Las empresas de cosméticos no tardaron en lanzar la crema antiarrugas.
-1.940-1.950:
Una década donde a las mujeres se les exigía que no se abandonaran, que fueran competentes en el trabajo y muy enérgicas pero sin dejar la parte femenina de lado y en la vida privada sumamente compresivas. Eran tiempos difíciles, por este motivo la imagen adecuada era la de una mujer adulta y sensual pero por ningún motivo provocativa y frívola. 
La calidad del maquillaje no era óptima debido a la escasez de materia prima. En Europa era casi imposible encontrar mercado para la industria cosmética. Las mujeres inglesas utilizaron su ingenio para paliar esta escasez utilizando betún de botas para sustituir a la máscara de pestañas y pintarse las cejas, y pétalos de rosas y cintas sumergidas en vino rojo para usarlo como colorete. En Norteamérica, Elizabeth Arden lanza una caja de maquillaje que fue consumida para la gran cantidad de mujeres trabajadoras. Las mujeres gastaban su dinero en el cuidado personal, así podrían esperar con un aspecto impecable a sus hombres de su regreso del frente. 
El cabello ya no se usaba corto. Al contrario, se recogían las melenas con moños altos y se usaban pañuelos a modo de turbante. 
En el año 1.940, la silueta de la mujer recuperaba y realzaba sus formas más femeninas y sofisticadas. 
-1.950-1.960:
Una década muy superficial, las mujeres no salían a la calle sin maquillaje ni joyas. El maquillaje presentaba nuevos colores para que estuviera a tono con la moda. No importaba que el resultado si viera artificial. 
Las mujeres cambiaban el cabello a menudo, se llevaba liso, ondulado, largo o corto. El color más popular era el rubio; se usaban también los postizos. 
Las orejas siempre quedaban a la vista para poder lucir joyas como aros grandes y con mucho brillo que se combinaban con collares de perlas de una o dos vueltas. 
Los pañuelos eran fundamentales para aquellas mujeres que conducían coches descapotables, ese se colocaba sobre el peinado que se pretendía proteger. Los guantes eran casi un accesorio obligatorio. Los cinturones anchos fueron el complemento más importante de la década para comprimir y resaltar la cintura femenina. 
Después de tiempos duros, el refugio es el hogar. En los años 50, el look de la ama de casa perfecta incluía combinaciones como el azul turquesa en las sombras y el naranja en los labios. El peinado, de postizos tiesos por la laca, reflejaba el mismo aire artificial. La silueta se vuelve a forzar con una cintura estrecha y mucho volumen en los hombros. La falda aumenta su vuelo pero manteniéndose por debajo de las rodillas. Las mujeres estaban hartas del estilo masculino y vuelven las curvas. Comienza el culto a la belleza. Los zapatos se estilizan y se vuelven más puntiagudos, abrigos de paño, bolsitos al codo, y las mujeres más elegantes llevaban sombrero o pamela. 



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