La Andalucita puede ser de color Rojo, Verde Oscuro, Rosada, Marrón-Naranja, Amarillo, Dorado y Grisácea e incluso a veces incolora.
Es afín a los Signos Zodiacales Leo, Acuario, Géminis, Tauro, Capricornio y Virgo.
Afín a los Chakras Segundo, Cuarto y Séptimo.
Se conoce a la Andalucita como piedra del coraje. Es recomendable a personas que tengan problemas de memoria. Calma la irritación. Es útil para personas que sufren dolores de cabeza.
La Andalucita es una de las piedras más mágicas que existen.
Los Astrólogos creen que la Andalucita puede dar a su portador/a la capacidad de comprender los misterios y le ayudará a lograr el pensamiento de más alto nivel.
La Andalucita es una piedra que no tolera la actitud frívola. Si una persona quiere poner de manifiesto las posibilidades de la piedra para la ganancia material o hacer daño a alguien, la Andalucita no ayudará a su dueño/a y pronto lo/a dejará. Esta piedra solo puede aplicarse a una persona cuyas intenciones son puras, que quiere conocer la sabiduría universal en beneficio de las personas.
Hay una leyenda sobre esta piedra que dice así:
A la Andalucita también se le conoce como Piedra de la Cruz o Quiastolita, que significa "Lágrimas de una mujer enamorada".
La leyenda que voy a narrar es de origen Araucano. Los Araucanos eran indios situados entre la Patagonia Chilena y Argentina.
La leyenda cuenta que los Araucanos, indígenas orgullosos, opusieron gran resistencia a la conquista española negándose a ser esclavos y cuidando a la Madre Tierra de sus invasores. Las cruces típicas de la Andalucita eran para los Araucanos, las almas de los guerreros muertos por los españoles, que dieron su vida por sus hermanos y su tierra.
Un guerrero capturó a una joven española. La llevó a su poblado al Sur de Concepción; la joven fue bien tratada, con el tiempo aprendió las costumbres de los Araucanos. Poco a poco, fue naciendo de ella y su captor, un amor real, profundo y sincero.
A los demás guerreros y pobladores de la tribu no les gustó esa unión y se opusieron a ella. Pese a todo siguieron juntos, pero al cabo de unos días, no regresó el joven guerrero. El guerrero había sido secuestrado y ocultado en una caverna hasta que decidiera dejar a la joven española. Una noche llegaron el resto de guerreros al poblado y le dijeron a la chica que había muerto junto a un lejano bosque, a las orillas de un arroyo. La chica presa del dolor y la desesperación, huyó del poblado, buscó durante horas a su amor, llorando y rezándole a Dios por su amado. Milagrosamente, sus lágrimas se convirtieron en las gemas de los Araucanos, las cruces de piedra.
La Madre Tierra se había apiadado de su dolor, uniéndose a ella recordando a sus hijos caídos en batalla contra los españoles. Al ver este milagro de amor los demás Araucanos perdonaron a la joven, y con una Machi (Chamana Araucana), juntaron las lágrimas, convertidas en piedra, al sonar el tambor del ritual, las piedras comenzaron a saltar dentro de la calabaza de la Chamana, ordenando la liberación del joven guerrero. Finalmente, les permitieron a los jóvenes que vivieran en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario