Cuando los últimos colores del día
Descienden ardiendo allá lejos,
Sobre aquella ruina, frío y perplejo,
El grillo salta de piedra en piedra;
Dispersándose sobre el oscurecido verdor,
Ejércitos de hadas se acercan, perfectos,
Batiendo sus alas como insectos,
Y ejecutan una danza extraña alrededor:
Mientras el gran oro de la pálida luna
Tiñe de blanco la diminuta tertulia.
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