Dracae

En la Mitología Celta, son espíritus de agua que viven en lagos y ríos, encargados de engatusar a  mujeres y niños, flotando junto a ellos en forma de anillos de oro o copas. Las mujeres secuestradas de esta manera son empleadas como enfermeras y, después de siete años se les permite volver a visitar la tierra.
Las leyendas mencionan a una mujer en particular que había sido seducida al observar un plato de madera o una taza flotar junto a ella mientras estaba lavando la ropa en el río. Al ser agarrada tan pronto como llegó a las profundidades, fue conducida a uno de los rincones subterráneos; fue empleada como enfermera para una de las crías de la bruja que la había seducido. Durante su residencia en este lugar, habiendo tocado accidentalmente sus ojos con un ungüento de grasa de serpiente, ella percibió a su regreso al mundo de los humanos que había adquirido la facultad de ver a los Dracae cuando se entremezclaban con los hombres. Sin embargo, de este poder la privaba el toque de su amante fantasmal a la que un día había dirigido incautamente.