Debido a su asociación con el erotismo, este autor se ocultó bajo el seudónimo de Evelyn Douglas.
El matrimonio de dos asesinos en la oscuridad
De un templo sombrío, adorando la noche más oscura;
Frente a un sacerdote que oculta sus manos
Debajo de la túnica maldita,
Para que todos vean las flores sangrientas que brotan
Como gemas sobre los dedos, rojo sobre blanco;
Creciendo hacia las bóvedas del vértigo
Las trompetas del órgano tañen y se quejan:
Así es nuestro amor. ¡Oh, suaves y deliciosos labios
Dónde toda la sangre del mundo fluye hasta mí!
Oh, cintura etérea, mejillas pálidas, ojos de fuego,
Pequeños y firmes senos, gigantes caderas,
Oscuros cabellos de serpentinas trenzas
Que se deslizan de mis manos
En las horas del rojo deseo.
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