Es un poema clásico de la Literatura Vampírica, y posiblemente el primer poema de Vampiros del Romanticismo alemán.
La trama del poema es algo confusa, pero básicamente se resume al canto de un enamorado, a quien su doncella rechaza. La madre, a la que se alude en dos ocasiones, es un símbolo de cristiandad; la cual aparece como una forma de represión que de cuestión de fe. También aparece una visita nocturna, y la descripción escrupulosa de un beso sangriento.
Mi querida y joven doncella se alza
Inflexible, rápida y firme
En todos los viejos arcanos
De una madre siempre verdadera;
Como en los vampiros inmortales,
La gente de estos portales
Cree con la fe de los mercenarios.
Pero mi Christine derrocha su tiempo,
Y desgastada de mi amor su lamento,
Hasta que yo mismo, vengado,
Brinde a la salud del vampiro
En la pálida copa de los reptiles.
Y cómo al dormir eres delicada
Hasta ti llegaré arrastrándome,
Y la sangre de tu vida será drenada.
Así podrías en vano temblar
Pues en la penumbra he de besarte,
Y sobre el umbral de la muerte
Cruzarás con espanto,
Envuelta en mis fríos abrazos.
Por último os preguntaré,
Oponiendo este mundo que se abre
¿Cuáles son los encantos de tu madre?
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