jueves, 1 de enero de 2015

Propiedades del Ámbar

Es afín al Segundo Chakra.
Es afín a los signos zodiacales Leo, Libra, Sagitario, Acuario, Capricornio, Virgo y Piscis.
Como curiosidad, en la Antigüedad el Ámbar se trituraba y se mezclaba con miel para mitigar el dolor de oído.
En la actualidad, el Ámbar se usa sobre todo para curar catarros, epilepsia y estados convulsivos. Protege a los niños/as del dolor de dientes o de otras afecciones de la boca como las caries y encías sensibles y sangrantes.
Además, el Ámbar alivia dolores de cabeza, migraña, tensión en la nuca, dolores de espalda, asma, sordera, fiebre, malaria, complicaciones de la vejiga, hígado, problemas circulatorios y hemorragias nasales.
El Ámbar tiene muchos beneficios sobre todo para los órganos internos. Además, favorece la meditación. Ayuda a integrarnos con el resto de personas en beneficio de nuestro propio desarrollo espiritual.
El Ámbar es una piedra sumamente delicada energéticamente, por lo que después de ser utilizada en una sesión de terapia o de meditación, se vuelve de un color opaco y deslucido. Por lo tanto, al terminar de cada sesión es preciso limpiarlo y dejarlo descansar varias horas dentro de una drusa de Cuarzo hialino.
El Ámbar también ahuyenta a los malos espíritus. Como curiosidad, en la Antigüedad Grecorromana era una piedra carísima. Se le considera al Ámbar una de las piedras atribuidas al Sol.
El Ámbar absorbe las energías negativas y ayuda así al cuerpo a curarse solo. Atrae la buena suerte y las energías positivas. Protege contra envidias y contra el mal de ojo y hechizos.
Armoniza con el Ying y Yang y es clave para la estabilidad emocional, espiritual y terrenal.
Otra curiosidad más es que es un amuleto muy famoso en los países nórdicos para prevenir pesadillas y los miedos nocturnos. El Ámbar es una herramienta muy útil tanto para los principiantes en meditación como para los expertos porque equilibra las energías y permite desarrollar interesantes meditaciones y experiencias con gran suavidad.
El Ámbar se limpia bajo un chorro de agua templada durante un minuto.
Está relacionado con el Elemento Akasha.
En las reuniones de Wicca, las sacerdotisas llevan collares con cuentas de Ámbar alternadas con Azabache.

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