En muchas culturas y en casi todos los mitos del Árbol de la Vida, hay un guardián que generalmente puede ser una serpiente o un dragón, que impide al hombre apoderarse del fruto del árbol; esto representa la sabiduría y la inmortalidad que son difíciles de obtener. En otros mitos ocurre lo contrario, la serpiente y el dragón simbolizan la tentación, muerte y oscuridad como ocurre en el Génesis.
Junto con el árbol, a menudo aparece una serpiente próxima a la raíz o enroscada en el tronco. Cuando estos dos elementos aparecen juntos, el árbol representa el eje del mundo y la serpiente enroscada en el tronco, los ciclos de la manifestación.
Cuando la serpiente es asociada al Árbol de la Vida tiene efectos beneficiosos, mientras que cuando está asociada al Árbol del Conocimiento es maléfica.
Ambos son símbolos de fuerzas divinas o el atributo (mencionado antes), a la sabiduría, como por ejemplo para los escandinavos, romanos, incas y egipcios.
En Egipto, las dos serpientes representan al Alto y Bajo Egipto. Los Aztecas tienen a la serpiente emplumada, mitad pájaro y mitad serpiente que representa los poderes del viento, la lluvia y el trueno. En China simboliza el Ying y el Yang; mientras que en Occidente se la identifica con el mal y el demonio. La serpiente también aparece en mitos Celtas cuando se le asocia con los poderes curativos del agua. Los aspectos duales de la serpiente se muestran en el caduceo como dos serpientes entrelazadas representando Vida-Muerte, Veneno-Curación, Enfermedad-Salud y Agua-Fuego. Esto muestra la naturaleza contradictoria, confusa y de difícil símbolo.
La serpiente, además de otras cosas, representa el poder lunar acuoso y mágico de la Madre Tierra, también puede simbolizar el bien y el mal, la virilidad, la fertilidad y la procreación; en la Alquimia, ella es lo femenino y lo masculino, la lucha por la vida. Su simbolismo, como he mencionado antes, puede ser confuso, ya que la serpiente puede ser macho, hembra o engendrarse en sí misma de acuerdo a la especia.
Cuando está en aspecto masculino representa a la serpiente fálica, el "esposo de todas las mujeres" y acompaña siempre a diversas diosas, pero también simboliza la sabiduría que es femenina, puesto que vive bajo la tierra, está en contacto con los poderes femeninos de las aguas y con el mundo subterráneo, también puede trepar por el árbol en dirección al cielo, puede estar en contacto con los tres elementos (Tierra, Agua y Aire), convirtiéndose así en un símbolo de comunión entre ellos.
Más allá de los aspectos mitológicos, las serpientes deben cambiar la piel para poder crecer, cada vez que esto ocurre, se asemeja a una pequeña resurrección que desembocará en un renacimiento mayor, un símbolo de renovación y nacimiento.
Representa además, la doble espiral, lo ascendente y lo descendiente, se desplaza casi sin ruido, como la sabiduría, pero la tentación avanza en silencio y con lentitud, y de repente nos enfrenta y exige decisiones.
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