La Voisin había adquirido una vieja casa abandonada justo cuando su nombre comenzaba a mencionarse en la clase alta. Incluso la Corte de Francia recurrió a ella en más de una ocasión, sobre todo, para sus dotes de pitonisa y fabricante de venenos.
Años después, durante el proceso judicial que la sentenció, La Voisin, reconoció que había instalado un horno en la calle donde se encontraba la vieja casa que había adquirido, en el que hacía incinerar casi todos los restos de sus ritos abominables.
Se estima que La Voisin incineró al menos 2000 cuerpos; en su mayoría, frutos de los embarazos interrumpidos que realizaba periódicamente. Con ellos se sostienen varios testimonios en el que se preparaban ungüentos y filtros amorosos, cuando no elixires diabólicos que eran libados durante los ritos.
El escándalo de La Voisin salpicó a muchas personalidades influyentes de la vida social y religiosa de París. Una de las clientas más importantes de La Voisin fue Madame Montespan, amante oficial de Luis XIV, en cuya corte colaboraría con la preparación de distintos venenos.
Se dijo que La Voisin recurría a sacerdotes católicos para que oficien sus Misas Negras; servicio que era pagado generosamente.
La Voisin levantó un altar en su jardín, protegido por frondosos árboles. Adornó el macabro santuario con seda negra, tabernáculos, cirios y cruces. Allí se realizaba un ritual minuciosamente descrito a las autoridades. Este rito infame se repitió una y otra vez a lo largo de los años. Cuando la ceremonia concluía, La Voisin, presa de un paroxismo satánico, untaba sus partes íntimas con el fruto de sus espantosos crímenes.
Fue quemada viva por la Santa Inquisición el 22 de Julio de 1.680.
No hay comentarios:
Publicar un comentario