martes, 20 de diciembre de 2016

Matrimonio Post-Mortem

Es posible contraer matrimonio después de la muerte por asombroso que parezca. De hecho, existe una cifra bastante elevada de matrimonios post-mortem debidamente certificados.
La diferencia entre una persona viva y una muerta es evidente, aunque jurídicamente comparten algunos derechos, entre ellos, el derecho a contraer matrimonio.
Uno de los casos más recientes de matrimonio post-mortem se produjo en Francia, en un pueblo de alrededor de 1.000 habitantes. Allí, una joven llamada Karen pudo completar el sueño de su vida: casarse con su novio, que había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico. La legislación francesa es la única en Occidente que permite que una persona muerta y otra viva, o bien dos personas muertas, contraigan matrimonio legalmente.
Ahora bien, los matrimonios post-mortem no son fáciles de concretar. La única persona en toda Francia capaz de autorizarlo es nada menos que el presidente de la nación.
Esta antigua ley que se creía en desuso, volvió a aplicarse cuando el presidente Nicolás Sarkozy, autorizó la boda entre Karen y su novio, generando un revuelo considerable. El matrimonio post-mortem no se encuentra contemplado en ningún otro cuerpo legal de Occidente fuera de Francia. Este dato podría sugerir que incluso dentro de Francia, debe ser algo inusual. Sin embargo, el promedio de bodas póstumas alcanza la cifra de 50 bodas al año.
Existen varios casos conocidos de matrimonios entre personas vivas y muertas. Su origen, está relacionado con la guerra; es decir, con la muerte de soldados en distintos conflictos a través de la Historia y cuya finalidad era darle un marco legal a sus parejas e hijos, que de otro modo, serían considerados ilegítimos.
Si el matrimonio post-mortem resulta una "rareza", también existe el divorcio post-mortem. En Alemania, existía el caso de la figura del matrimonio con caídos, que no era otra cosa que la posibilidad de contraer matrimonio con un soldado muerto en combate. En los casos en los que la viuda póstuma manifestaba algún comportamiento indigno, se sancionaba el divorcio post-mortem, invocando el previsible deseo del fallecido de divorciarse de su infiel esposa.
Casarse con una persona muerta, es algo delicado, ya que la mitad viva de la pareja debe actuar con la misma fidelidad y dedicación que la que se espera dentro de un matrimonio tradicional.


No hay comentarios:

Publicar un comentario