El Duende Zahorí es un enanito que a diferencia de la mayoría no se dedica a fastidiar con sus bromas a las gentes de Cantabria. La gente lo llama "buscador milagroso" o "Duende de las cosas perdidas", puesto que cuando algún cántabro pierde algo, lanza una invocación para que éste encuentre lo que ha extraviado.
Si la persona que lo invoca es buena, el Duende Zahorí llega rápidamente y escucha con atención la descripción del objeto perdido y hace una indicación al que lo invocó para que le siga. Da muchos rodeos antes de dirigirse al lugar donde está el objeto y si ve que la persona empieza a impacientarse y a dudar de él desaparece de repente y luego, ya solo, recupera el objeto y se lo regala a algún necesitado.
El Duende Zahorí es un Duende pequeño y moreno de tez, de cara redonda, nariz afilada y larga, ojos negros y grandes y pelo rubio. Su voz es ronca, como si estuviera enfadado pero en realidad es muy alegre y su risa es larga y burlona. Se viste con una zamarra roja y siempre anda corriendo de un lado a otro.
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