Es uno de los grandes poemas de amor de John Keats, fue escrito para Fanny Brawne, probablemente el gran amor de su vida.
Esta mano viviente, ahora tibia y capaz
De aferrar firmemente, si estuviera fría
Y en el silencio helado de la tumba,
De tal modo hechizaría tus días y congelaría tus sueños
Que desearías tu propio corazón secar de sangre
Para que en mis venas roja vida otra vez corriera,
Y así calmar tu conciencia -aquí está, mira-
Hacia ti la tiendo.
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