La figura de Perséfone es muy conocida en la Actualidad ya que su historia tiene un gran poder emocional: Se trata de una doncella inocente y el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y regreso de la diosa provocando el cambio de estación. Hoy en día, también se valora que el matrimonio de Hades y Perséfone es uno de los más estables y felices dentro del Panteón Griego, con relativamente pocas infidelidades por parte de ambos, y el hecho de que Perséfone gobierne el Inframundo es pie de igualdad con Hades.
Pero los griegos conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además, la terrible Reina de los Inframundos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían con el apodo de "La Doncella". En la "Odisea", cuando Odiseo viaja al Inframundo, se refiere a ella como "Reina de Hierro". Su mito central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos de iniciación de los misterios elusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.
La mayoría de los mitos clásicos recogen que Perséfone es la hija de Zeus y Deméter, pero la "Biblioteca Mitológica" de Apolodoro contiene una versión alternativa que indica que era la hija de Zeus y Estige.
Sin embargo, Deméter no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de los demás dioses. En la tradición olímpica, fue cortejada por Hermes, Ares, Apolo y Hefesto pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de los dioses. Así llevaba una vida pacífica hasta que su hija Perséfone se convirtió en la Reina del Inframundo, lo que no sucedió hasta que Hades la raptó y la llevó allí con él. Perséfone estaba cogiendo unas flores con algunas Ninfas en un campo de Enna cuando Hades apareció emergiendo de una grieta del suelo. Las Ninfas fueron castigadas siendo transformadas en Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó paralizada mientras la desolada Deméter buscaba por todas partes a su hija perdida. Hécate había oídos sus gritos y sugirió a Deméter hablar con Helios, que todo lo ve, para que le contase lo que había pasado.
Finalmente, Zeus no pudo más aguantar la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó para que comiese semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de nuevo en estéril.
Otros mitos cuentas que Perséfone, como Reina del Inframundo, solo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió que éste se llevara a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás casi al final del recorrido para asegurarse de que su esposa le seguía, perdió a Eurídice para siempre.
Perséfone también figura dentro de la historia de Adonis, el consorte de Afrodita. Cuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfone para que lo cuidara, pero ésta también quedó asombrada por su belleza que rehusó de devolvérselo. La discusión entre ambas diosas fue resuelta por Zeus y en otras fuentes por Calíope, quién decidió que Adonis pasara cuatro meses con Afrodita, cuatro meses con Perséfone y el resto del año solo. También departió con Psique cuando esta bajó al Inframundo a buscar un cofrecito que Afrodita le había mandado buscar.
Cuando Hades persiguió a una Ninfa llamada Mente (o Mente intentó seducir a Hades), Perséfone la convirtió en una planta de Menta.
El matrimonio formado por Hades y Perséfone fue estéril. En cambio, Perséfone fue seducida por su propio padre en forma de serpiente y tuvo un hijo, Zagreo, que fue asesinado por los Titanes por orden de Hera. No obstante, en un fragmentos de Esquilo, se dice que a veces se consideraba a Zagreo hijo de Hades. Por otra parte, un himno órfico hace a Perséfone la madre madre de Melínoe tras haber cohabitado con Zeus y la "Suda" indica que Macaria era hija de Hades aunque sin mencionar quién era su madre.
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