Asmodeo es concebido como el Demonio responsable de pervertir los deseos sexuales de los humanos, de motivar la voluptuosidad y hacer que las almas, dantescamente hablando, sean condenadas al Segundo círculo del Infierno. Para el Papa Gregorio el Grande, perteneció en su pasado angelical, a la Orden de los Tronos y en el Renacimiento fue visto como el príncipe de la lujuria dentro de los llamados "siete príncipes del Infierno", categoría en que cada príncipe representaba un pecado capital.
El origen de Asmodeo pertenece al Mazdeísmo persa; allí el Demonio servía directamente al mal principal, conocido por nosotros como Lucifer. Era sin embargo, un Demonio distinto de aquel que nos legó la tradición judía: era un Demonio de la ira, lo cual ha quedado reflejado en el hecho de que el nombre "Asmodeo" se deriva de "ashma-daeva" en el idioma avéstico, palabras que se traducen como "ira-demonio".
Asmodeo fue incorporado la judaísmo como un espíritu malvado, aunque también es el responsable de crear la música, el drama y la danza. Existe la leyenda que dice que el rey Salomón manipuló a Asmodeo para que construya el Templo de Jerusalén, además existe una fábula en la que el rey Salomón cambió lugares con Asmodeo.
Dentro de las fábulas de la biblia hebrea, Asmodeo es el Demonio de la ebriedad y la lujuria, el que disfruta de estrangular a las novias en su noche de bodas dentro de la alcoba nupcial, evitando así que consumen su amor.
Durante el siglo XIX, parejas en varias regiones de Francia, Alemania y los Balcanes siguieron el ejemplo de Tobías y Sarah, esperando tres días luego de la noche de bodas para efectuar la unión carnal. En el caso de los esposos franceses, pagaban un diezmo a la Iglesia para tener permiso y obviar esta regla.
Asmodeo es descrito como una entidad cuyo rostro y torso son de humano, además de que cabalga un Dragón portando una lanza y tienen 3 cabezas: una de carnero, un toro y un ogro, figuras todas asociadas comúnmente con lo licencioso. En el Diccionario Infernal, Asmodeo también tiene piernas de gallo, un ave conocida por su vigor sexual, además posee una cola de serpiente y cabalga un león con cuello y alas de dragón, criaturas que están asociadas al deseo y a la venganza.
El demonólogo holandés Johann Wier, lo describió como el banquero de la mesa de bacará en el Infierno y también el que controla todas las casas de apuestas en la Tierra. Para invocarlo, el hechicero debe tener la cabeza descubierta como señal de respeto hacia el demonio, de lo contrario, el Demonio lo engañará. Si la invocación está bien realizada, Asmodeo entregará un anillo con propiedades mágicas y lo llevará al invocador a un tesoro escondido.
Asmodeo está en el rango 32 de la lista de Demonios poderosos, todas las observaciones concuerdan con su trabajo de fomentar el deseo carnal.
Teólogos cristianos comparan a Asmodeo con Abadón, y para muchos autores este Demonio, es el príncipe de la venganza y el protector de los homosexuales masculinos, debido a que dicha naturaleza sexual era vista como una forma de seducción por parte de las fuerzas demoníacas.
Las personas que portan el anillo entregado por Asmodeo, ganan la habilidad para hacerse invisibles. También da la capacidad de leer los pensamientos de otros y saber donde hay tesoros escondidos. Finalmente, el Demonio puede instruir al hombre en el arte de la geometría, aritmética, astronomía y artes mecánicas.
Exorcizar un cuerpo poseído por Asmodeo no es una tarea fácil, pues el clérigo debe saber su nombre real para que sus palabras tengan efecto.
En el escrito de Alain-René Lesage presenta a Asmodeo como una persona atractiva con buenos modales y una personalidad encantadora. En el texto, el Demonio en forma de humano cojea de una pierna herida cuyo origen estaría en su caída del cielo.
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