Mientras la mayoría de los fantasmas victorianos se muestran insistentes en su deseo de comunicarse con los vinos, el espectro soñado por Lord Alfred Tennyson, acusado de agrio y malhumorado, sólo quiere que lo dejen descansar en paz.
No vengas cuando esté muerto
a derramar tontas lágrimas sobre mi tumba,
a pisotear alrededor de mi cabeza caída,
atormentar el infeliz polvo no nos salvará;
deja que el viento me acaricie y que las aves me lloren,
Pero tú, sigue de largo.
Niña, si esto fuera un error o un crimen
poco me importa, siendo mi existencia maldita:
Únete con quien desees pues cansado estoy del tiempo,
y mi único anhelo es descansar.
Pasa, corazón débil, y déjame donde yazgo:
Sigue, sigue de largo.
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