La estrella de los vampiros se llama Algol y tiene sus orígenes en la Mitología Griega. Su pertenencia a la estirpe de los Vampiros tiene que ver con un siniestro culto astronómico o una edificación estelar de las ignotas potencias de la noche.
Algol es la estrella de los Vampiros debido a su existencia inquieta, poco propensa a la métrica astronómica que los humanos han trazado.
Los sabios antiguos sostienen que Algol significa "estrella endemoniada", epíteto que tal vez proviene de las variaciones de luz que se observan en su órbita cada dos días.
Naturalmente, los astrónomos asociaron esta actividad inusual, aunque no imprevisible, con lo demoníaco; con aquello que trastorna el orden natural del Universo, aún cuando se produzca en lo más profundo del Cosmos.
En un período en el que los mortales pensaban que el cielo era inmutable; Algol fue visto como un emergente perturbador de la noche, una especie de faro pavoroso para las criaturas sobrenaturales de la Tierra. Los Vampiros, casi inevitablemente, terminaron siendo sus mayores depositarios.
Los griegos, sin pensar siquiera en Vampiros, asociaron a Algol con la Gorgona Medusa.
Como decía, Algol siempre fue una estrella asociada a lo antinatural, a lo que excede la comprensión y las leyes físicas, aún cuando éstas procedan del mito.
También, Algol fue asociada a la narrativa vampírica, apareciendo especialmente en Carmilla y Drácila.
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