1. DAN ANDERSSON:
Dan Andersson (1.888 - 1.920), fue un poeta sueco que obtuvo reconocimiento tras su muerte. En 1.920, se estableció en la ciudad de Estocolmo donde había reservado una habitación de hotel para pasar una temporada. Desafortunadamente, el recepcionista no fue informado de que la habitación había sido tratada recientemente con Cianuro de Hidrógeno, una mezcla que por aquel entonces era utilizada para exterminar chinches, pulgas y otros insectos. Dan Andersson fue encontrado muerto en la cama al día siguiente, cuando el personal de servicio se disponía a cambiar las sábanas.
2. TENNESSEE WILLIAMS:
El escritor norteamericano (1.911 - 1.983), inmerso en una honda depresión, entró y salió de varios manicomios, hasta que en la mañana del 26 de Febrero de 1.983 fue encontrado sin vida en su suite del Hotel Elysee de Nueva York. La causa de su muerte se debió a una severa intolerancia al Seconal. No obstante, la autopsia reveló oficialmente que Tennessee Williams falleció por la obstrucción de las vías superiores, provocada por el tapón de una botella de gotas para los ojos.
3. LI BAI:
Li Bai (701 - 762), fue uno de los poetas chinos más prominentes y prolíficos de la dinastía Tang. Cierta noche, Li Bai navegaba en su bote por el río Yangtze, completamente ebrio, con la intención de abrazar a la luna en el horizonte. Incapaz de llegar al destino, el poeta resolvió al menos pescar el reflejo de la luna sobre el río; se arrojó al agua y se ahogó.
4. EDGAR ALLAN POE:
El final de la propia del escritor continúa abierto (1.809 - 1.849). La noche del 3 de Octubre de 1.849, un tal Joseph Walker encontró a Edgar Allan Poe vagando por las calles de Baltimore, ebrio y acaso presa de las más espantosas alucinaciones. Fue internado en un hospital, donde se lo sometió a novedosos tratamientos. Cuatro días después, falleció. Aún a día de hoy, se discuten las causas de la muerte de Poe. Algunos se le atribuyen al alcoholismo, diabetes, rabia o epilepsia; otros, sin embargo, se inclinan por el envenenamiento producto del "cooping", práctica mediante la cual se secuestraba a alguien en la vía pública y se lo obligaba votar por tal o cual candidato político. Para inducir cierta docilidad en la víctima se solía darle una dosis devastadora de opio.
5. JULIEN OFFRAY DE LA METTRIE:
El escritor y filósofo francés Julien O. de la Mettrie (1.709 - 1.751), era un hombre de placeres. De la Mettrie asistió a un banquete organizado por el embajador francés en Prusia, donde intentó demostrar su sólida constitución física al ingerir una cantidad enorme de paté de pato con trufas. El resultado de esa prueba fue una lenta y dolorosa muerte.
6. SHERWOOD ANDERSON:
Sherwood Anderson (1.876 - 1.941), sufrió un atroz dolor abdominal en un viaje a Panamá. Fue ingresado de urgencia en un hospital, donde se le diagnosticó peritonitis y, pocas horas después, falleció. La autopsia reveló que Sherwood Anderson había tragado involuntariamente un fragmento de escarbadientes varias semanas antes, el cual había causado un daño irreversible en sus órganos y, posteriormente, una infección que lo llevaría a la muerte.
7. YUKIO MISHIMA:
Yukio Mishima (1.925 - 1.970), fue probablemente uno de los mejores escritores japoneses del siglo XX. Seguidor del Código del Samurai, envió su última novela a su editor minutos antes de cometer "Seppuku", el suicidio ritual de los Samurais, que básicamente consistía en abrirse el estómago de lado a lado con un sable.
8. GUSTAV KOBBÉ:
Gustav Kobbé (1.857 - 1.918), se encontraba navegando en la Bahía de Nueva York, cuando un avión fuera de control golpeó súbitamente contra su embarcación y le provocó una muerte casi instantánea.
9. PIETRO ARETINO:
Pietro Aretino (1.492 - 1.556), fue un extraordinario dramaturgo y poeta italiano, muy asociado a la sátira y a la invención de nuevas formas de irritar al poder establecido a través de la risa. Pietro Aretino se encontraba en una fiesta cuando uno de los concurrentes le contó un chiste acerca de su propia hermana y ciertas actividades indecentes en el burdel local. La broma divirtió tanto al poeta que sencillamente no pudo parar de reír, a tal punto que cayó de su silla, sofocado y convulso, y falleció con un horripilante rictus de alegría en el rostro.
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