miércoles, 25 de mayo de 2016

Ammón, el Licántropo enamorado

Ammón no fue siempre un Demonio. Antiguamente, fue una deidad originaria de los ammonitas, una tribu aramea por los grandes caudillos de Israel.
En aquellos tiempos, Ammón era representado como un ser de estatura prodigiosa con cabeza de lobo, y luego con la de un búho. En este contexto, Ammón fue uno de los primeros dioses con aspecto de Licántropo.
Se dice que el temperamento de Ammón era temible, aunque como toda criatura afín a los lobos era también sociable y buscaba la compañía.
Cuando Ammón se enfurecía, solía vomitar lenguas de fuego capaces de arrasar regiones enteras, aunque estos episodios son bastantes raros.
La verdadera pasión de Ammón era descubrir los secretos del pasado y los enigmas del futuro. De hecho, se creía que Ammón era capaz de navegar a través del tiempo.
Casi todos los grimorios coinciden en llamarlo "príncipe", aludiendo de este modo a su noble alcurnia. Los libros prohibidos de la Edad Media, sostienen que la ocupación principal de Ammón era reconciliar a los amantes y a los amigos que por una razón u otra se han distanciado; con la condición de que el motivo de sus disputas sea inferior a las posibilidades de su amor proyectado hacia el futuro.
Tal vez, por eso, la mayoría de los libros malditos sostienen que Ammón fue el primer Licántropo enamorado.

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