domingo, 15 de mayo de 2016

Dhampiro

El Dhampiro es un híbrido entre Vampiro y humano, fruto de una relación de un Vampiro con una mujer humana.
Por lo general, debido a su estado no muerto, los Vampiros son estériles, aunque pueden volver con su esposa o con la mujer que aman cuando estaba vivo, para copular y procrear.
Las leyendas de Bulgaria cuentan que los Vampiros también asaltaban a mujeres vírgenes. Un Vampiro incluso podía viajar a un pueblo donde no fuera conocido, casarse y tener hijos.
A los Dhampiros se les atribuye ciertas características propias de los Vampiros heredadas de su progenitor pero no sus debilidades; y tendrían la capacidad de detectar a los Vampiros incluso cuando son invisibles, así como de destruirlos o detenerlos, por lo que solían ser contratados como cazadores de Vampiros.
Otra teoría sobre el nacimiento de un Dhampiro, es que un Vampiro de la 15ª generación, de cualquier sexo, puede tener descendencia medio mortal, concebida y nacida de la forma habitual de los mortales.
El nacimiento de un medio Vampiro siempre es una gran sorpresa para al menos uno de los padres. Puede ser recibido con euforia o disgusto supersticioso, pero nunca sin miedo.
Tampoco la madre humana se lo tomará con tranquilidad; consciente o inconscientemente, es suficiente invitación para la tragedia. El esfuerzo de criar un bebé en una atmósfera cargada de dolor e incertidumbre puede incluso con los espíritus más fuertes. Más aún, las madres humanas de los Dhampiros a menudo, desarrollan complicaciones que ponen en riesgo su vida durante el embarazo y el parto debido al conflicto entre vitae mortal e inmortal, o a los factores misteriosos como el funcionamiento inmunológico depresivo, hemorragias, toxemia, etc.
Con tantos peligros, es fácil para un Dhampiro acabar abandonado o convertido en huérfano a una edad temprana. Incluso si la familia está intacta, las probabilidades de felicidad doméstica son escasas en un mundo de tinieblas. Por una u otra razón, los Dhampiros deben aprender su verdadera naturaleza por sí mismos.
El legado oculto de un Dhampiro no se manifiesta hasta la pubertad. El proceso varia en cada individuo.
La mayoría simplemente se vuelven conscientes, en algún momento de la adolescencia, de una reserva especial de fuerza a la que pueden recurrir; primero instintivamente en momentos de tensión. Pueden tener miedo de este poder y del salvaje placer que acompaña al acto de usarlo, o pueden estar encantados de descubrir un arma tan útil contra el duro mundo. Otros Dhampiros desarrollan este poder más tarde. Para ello, una incursión mística o un encuentro repentino con un Vampiro, puede ser lo que sirva para provocar que este potencial oculto salga a la luz.
En cualquier caso, una vez que un Dhampiro ha despertado completamente a su esencia sobrenatural, nunca puede volver atrás. La sangre le altera para siempre física y mentalmente. Gana una limitada habilidad para aprender disciplinas vampíricas. También descubre una bestia interior, la cual, aunque es apacible comparada con la de un Vampiro, todavía es lo suficientemente fuerte como para poner a prueba su corazón y su voluntad.
Los Dhampiros encuentran una gran variedad de justificaciones y estrategias para enfrentarse a su herencia. Algunos maldicen a sus padres no muertos y los buscan para matarlos, esperando que tal acción pueda purificarles de sus propia oscuridad; otros expresan su hostilidad de una manera más general, convirtiéndose en cazadores. Algunos deciden que deben estar irrevocablemente manchados con el mal, y se ponen a buscar un poder oscuro digno de su servidumbre. Muchos son inconscientes de su ascendencia vampírica o rehúsan creer en ella; en vez de eso, escogen verse a sí mismo como médiums.
Un pequeño número tienen contacto con sus padres Vampiros para aprender lo que estos les puedan enseñar sobre el mundo de los no muertos.
Cada Dhampiro tiene su misma oscura herencia. Ejercer la fuerza de la sangre es una fuente de exultante placer. Aunque los Dhampiros no necesitan alimentarse como el resto de Vampiros, de hecho, no profesan ningún gusto por la sangre mortal, la vitae perdida se repone solo gradualmente y la debilidad anémica y la desilusión emocional que resultan pueden ser devastadoras. Algunos Dhampiros se vuelven más adictos a utilizar sus disciplinas y se vuelven hacia poderosos estimulantes en un esfuerzo por reproducir el hecho de beber sangre. Otros Dhampiros, descubren un sustituto mucho más potente: la sangre de vástago.

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