Hay que empezar diciendo que la rivalidad existente entre los Vampiros y los Hombres Lobo, está fuertemente arraigada al Cine de Terror, pero en cambio, en la Literatura está completamente ausente. De hecho, no hay ningún relato clásico que así lo diga; pero en cambio, si qué existen leyendas muy antiguas sobre la enemistad entre ambas criaturas.
Así como los Vampiros siempre han sido visto como criaturas demoníacas, los Hombres Lobo han contado con muy buena reputación hasta bien entrada la Edad Media, donde la visión que se tenía sobre ellos cambió de forma radical. Hasta entonces, los Hombres Lobo eran considerados los aliados de bien y por tanto, enemigos de los Vampiros.
Es muy frecuente que al referirse a los Hombres Lobo pensemos rápidamente en la Edad Media donde se creía que las Brujas y los nigromantes podían convertirse en lobos tras firmar un pacto con el Diablo. En ese sentido, los Hombres Lobo pasaron a ser aliados de Lucifer, y por lo tanto, perseguidos por la Santa Inquisición, pero esto no fue siempre así.
De hecho, los Hombres Lobo no siempre se opusieron a la Iglesia, de hecho, trabajaron para ella en múltiples ocasiones. El primer registro de esa relación se produjo en el año 617 d.C.. Así queda relatado que una manada de Hombres Lobo entró en un antiguo monasterio. A pesar de que pudo convertirse en una auténtica carnicería, solo tres monjes fueron atacados y el resto no sufrió daño alguno. Las tres víctimas, estaban siendo procesadas por diversos actos de herejía, entre ellas, la de convertirse en Vampiros por medio de la Magia Negra. Desde entonces, los Hombres Lobo están considerados los "sabuesos de Dios" y realmente actuaron en consecuencia, persiguiendo y cazando Vampiros por toda Europa.
A tal punto los Hombre Lobo eran bien vistos por las autoridades religiosas, que incuso varios santos ejercieron la potestad de convertir a alguien en lobo, y de ese modo convertirlo también en un guerrero de la fe. Entre estos santos está San Patricio, que convirtió a Vereticus, rey de Gales, en un lobo seguido de un manso seguidor de los principios religiosos; o la historia de San Ulster, que condenó a una familia irlandesa a vagar por los bosques como lobos y a servir a la Iglesia durante siete años.
Desde la perspectiva de los Vampiros, es de lógica suponer que los Hombres Lobo se transformaron en sus enemigos naturales.
Es justo pensar que los Vampiros no se quedaron de brazos cruzados. La evidencia más clara de su triunfo es que los Hombres Lobo también comenzaron a ser perseguidos por la Iglesia, a pesar de todas las crónicas anteriores que sostienen haber trabajado para salvar las almas de las personas.
Al contrario de lo que ocurre con los Vampiros, que siempre fueron vistos como criaturas del mal, la reputación de los Hombres Lobo fue cambiando a lo largo del tiempo. Al principio, fueron protectores y guardianes del bien, pero luego cayeron en desgracia quizás debido a las sutiles artes de sus adversarios. Lo único que se mantuvo inalterable fue la enemistad entre Vampiros y Hombres Lobo, independientemente del bando al cual representen.
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