Esta Vampira es una verdadera experta en todas las posibilidades del amor, aún aquellas que el pudor define como condenables actos mórbidos, con lo cual se le ha considerado como una de las primeras y las más poderosa Súcubos.
Alouqua, no se demora más de una noche con sus amantes ni prolonga innecesariamente el rito sexual, y no precisamente porque los susodichos se resistan.
La capacidad amorosa de Alouqua es tan descomunal que sus amantes no resisten más de una noche con ella sin perder definitivamente la cordura.
De hecho, como señalan varios Grimorios y libros prohibidos de la Edad Media, a veces ni siquiera es necesaria toda una noche en excesos; un encuentro fortuito con esta Alouqua, no importa cuan breve sea, siempre desemboca en la locura, y después, en el suicidio.
Hacer el amor con esta Vampira es el punto máximo del placer sensual al que puede aspirar el cuerpo masculino. Una vez consumado solo quedan dos alternativas: El ascetismo carnal o la muerte.
Muchos libros malditos apuntan que la segunda opción es más razonable.
En la Antigüedad, existían talismanes mágicos que protegían al portador de los asaltos de Alouqua. Estaban hechos de bronce, sedas y marcados con complejas combinaciones cabalísticas.
Alouqua fue la primera hija de Lilith en el destierro, después de que Adán la abandonara por Eva.
De Lilith aprendió el sutil arte de enloquecer a los hombres, aunque su poder jamás podría ser igualado.
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