La mayoría de Grimorios y libros prohibidos de la Edad Media, sostienen que Lucifer es el mayor enemigo del Arcángel Miguel. Pero, tradiciones y leyendas mucho más antiguas, relacionadas principalmente con mitos hebreos, aseguran que el enemigo original fue un Demonio prácticamente olvidado, llamado Sabnac.
Algunas leyendas dicen que Sabnac, después de un tiempo, le cedió su predominio a Satanás, y que desde entonces se convirtió en arquitecto de castillos y fortalezas. En su nuevo rol instruyó a los hombres en correcta utilización de las piedras para erigir hogares muchos más sólidos que las chozas y las tiendas a las que estaban acostumbrados.
Investigadores audaces esbozan una conjetura polémica; y es que el verdadero propósito de Sabnac no era enseñar arquitectura a los hombres, sino instruirlos en el sutil arte de la adoración a través de monumentos que desafiaran el paso de los siglos.
La mayoría de los mitos le atribuyen a Sabnac un impresionante valor y poder físico. En este aspecto, ni siquiera Satanás logró igualarlo.
Las viejas tradiciones sostienen que fue Sabnac el único de los Demonios que luchó cuerpo a cuerpo con el Arcángel Miguel antes de las Guerras Celestiales, e incluso que llegó a vencerlo, según algunas versiones, pero la intervención divina inclinó la balanza hacia el Arcángel Miguel.
Lo que no afirman ni las tradiciones ni los mitos es el motivo que enfrentó a Sabnac y al Arcángel, ni qué hubiese ocurrido si Dios, hubiese decidido no intervenir en aquel combate titánico.
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