Brigid

En la mitología celta de Irlanda, Brigid, Brigit o Brighid conocida como "la exaltada" era la hija de Dagda. Era la esposa de Bres de los Fomorianos (los Fomorianos eran en la mitología celta de Irlanda, los dioses de la Muerte, del Mal y de la Noche, aberraciones infernales que tenían deformaciones), con el cual tenía un hijo, Ruadán. Se considera una clásica diosa triple celta, en este caso del fuego.
Es también la diosa celta de la inspiración, y conjuga en sí diversos poderes provenientes de la inspiración, del arte de la sanación y de la adivinación. Fue asociada a las llamas perpetuas sagradas, tales como la mantenida por 19 religiosas en un santuario de Kildare, en Irlanda. La tradición de las sacerdotisas que tienden a las llamas sagradas eternas, que surgen de forma natural, es una característica de la espiritualidad indoeuropea antigua precristiana.
Brigid también fue relacionada con los pozos sagrados, también en Kildare y en muchos otros sitios en las tierras célticas. Vestir el pozo, atar tiras de tela girando alrededor de los árboles a los pozos curativos, y otros método para honrar a Brigid todavía se hacen en algunas tierras célticas.

Brigid fue una de las diosas más populares adoradas por los pueblos célticos, incluyendo también a los druidas. Su poder de inspiración fue muy importante para poetas y artistas, como su enseñanza sobre los instrumentos que ayudaban a las personas en sus trabajos, y su poder de sanación, emanado de su conocimiento acerca de hierbas que quitaban dolores y sanaban enfermos. Es la diosa de todas las cosas percibidas por estar relativamente altas como llamas, montañas, colinas, etc. y de actividades y estados concebidos como altos y elevados como la sabiduría, excelencia, perfección, la alta inteligencia, elocuencia poética, artesanía (especialmente la herrería), habilidad curativa, el conocimiento druídico y la capacidad en la guerra. En las tradiciones vivas se le asocia en gran parte al hogar y al fuego del mismo. Su leyenda todavía se cultiva en Irlanda, se ponen lienzos blancos en las ventanas para que sean tocados con el fuego de su inspiración.