El Oilliphéist, es un monstruo parecido a una serpiente marina en la mitología y el folclore irlandés.
Se creía que estos monstruos habitan muchos ríos y lagos de Irlanda y existen muchas leyendas de santos y héroes que han luchado contra ellos. En una de estas historias, el Oilliphéist corta la ruta del río Shannon cuando se entera de que San Patricio ha venido a expulsarlo a él y a su especie. Entonces, el monstruo se traga un gaitero borracho llamado Ó Ruairc (en otros mitos se le conoce como O´ Rourke). El gaitero no es consciente de su situación o está completamente imperturbable y continúa jugando dentro del estómago de Oilliphéist. El monstruo se enfada tanto por la música de Ó Ruairc que lo tose y escupe. Muchos historiadores creen que esta historia ayudó a influir en la leyenda del Monstruo del Lago Ness.
Existen más historias del Oilliphéist; entre ellas una niña llamada Sionnan, nieta de Manannán mac Lir, enfada al Salmón del Conocimiento arrojándole piedras. En venganza, el pez invoca y le pide al Oilliphéist que ataque a la chica, lo que hace y finalmente acaba matándola.
En el folclore irlandés, también se dice que Caoránach era un Oilliphést además de ser la madre de los Demonios, que fue desterrada por San Patricio a Loch Dearg.
Según la leyenda anterior, se le pidió a Fionn mac Cumhaill y a Fianna que mataran a una Bruja en la región de Loch Dearg. Fue golpeada por una flecha desde la gran distancia y su cuerpo se perdió. Finalmente, Fianna se topó con el cuerpo y se le advirtió que no rompiera el hueso del muslo ya que liberaría a un monstruo peligroso.
Una persona llamada Conan fue quién rompió ese hueso y lanzó un gusano peludo. Este gusano se convirtió rápidamente en un gran monstruo marino que comenzó a comer el ganado en la tierra. Después de que se comió casi todo el ganado en Ulster, los lugareños culparon a Conan por el problema; enfurecido, entró dentro de la boca del monstruo con una espada y lo mató. Loch Dearg, lleva el nombre de la sangre que salió de la bestia que tiñe las rocas de rojo.
En una versión más cristianizada de la historia, San Patricio llega a la zona y le cuentan sobre la existencia de esos monstruos. Llegó a la región y continuó discutiendo con la bestia antes de matarla él mismo. Su sangre tiñó el lago de rojo y en algunos cuentos, se dice que San Patricio fracasó en esta misión y el monstruo aún vive hasta el día de hoy.
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