jueves, 10 de julio de 2014

La leyenda del Minotauro

El Minotauro era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Era hijo de Pasífae y el Toro de Creta. Fue encerrado en un laberinto, hecho expresamente para retenerlo. Por muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento del Minotauro, hasta que su vida acabó en manos de Teseo.
Existen varias versiones de como se ocasionó que la esposa de Minos, llamada Pasífae (como he dicho antes), tuviera que unirse al Toro de Creta. La versión más corriente dice que Minos, que era hijo de Zeus y de Europa, pidió al dios Poseidón apoyo para suceder al rey Asterión de Creta frente a sus hermanos de nombres Radamantis y Sarpedón, y ser reconocido como tal por los cretenses. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, el cual Minos prometió sacrificar en su nombre. Pero Minos se quedó impresionado por las cualidades del maravilloso toro blanco y lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que Poseidón no se diera cuenta del cambio. Al enterarse Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro blanco. Para consumar su unión con el toro, Pasífae requirió la ayuda de Dédalo, que construyó una vaca de madera recubierta con piel de vaca auténtica para que ella se metiera dentro. El toro consumó con ella creyendo que era una vaca auténtica. De esta unión nació el Minotauro, llamado Asterión.
El castigo de Poseidón continuaba. El Minotauro solo comía carne humana y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el Laberinto de Creta, era una estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones entrecruzándose entre ellos, de los cuales sólo uno conducía al centro de éste, donde estaba el Minotauro, que fue abandonado allí.
A la par que el laberinto encerraba al Minotauro, uno de los hijos de Minos, fue asesinado en Atenas tras la competición olímpica dónde quedó campeón. El rey de Creta declaró la guerra a los atenienses. Minos atacó el territorio ateniense y ayudado por la peste, conquistó Megara e hizo que Atenas se rindiera. La victoria de Minos imponía varias condiciones por la rendición, y se dice que el Oráculo de Delfos fue quien aconsejó a los atenienses ofrecer un tributo a Creta. Una de las condiciones era entregar a siete jóvenes y siete doncellas como sacrificio al Minotauro. Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con el Minotauro, sirviéndole de alimento.
Años después, Teseo, se dispuso a matar al Minotauro y así liberar a su patria de Minos y su condena. Después de ayudar a su padre, Egeo, contra los Palántidas, Teseo se enteró del sacrificio de los jóvenes y decidió él mismo ser parte de la ofrenda para así poder enfrentarse al Minotauro. Al llegar a Creta, los jóvenes fueron presentados a Minos. Teseo conoció entonces a Ariadna, hija del rey, quien se enamoró de él. La princesa le rogó a Teseo que no luchara contra el Minotauro, ya que eso le llevaría a la muerte segura, pero Teseo la convenció de que él podía vencerlo. Ariadna se dispuso a ayudarlo, e ideó un plan que ayudaría a Teseo a encontrar la salida del laberinto en caso de que derrotara al Minotauro. Ese plan fue solicitado por parte de Ariadna a Dédalo, quien había construido el laberinto de tal manera que la única salida fuera usar un ovillo de hilo, Ariadna se lo entregó a Teseo para que una vez que hubiera entrado en el laberinto, atara un cabo de ovillo a la entrada. Así, a medida que penetrara en el laberinto el hilo le mostraría el camino y una vez que hubiera matado al Minotauro, lo enrollaría y encontraría la salida.
Teseo recorrió el laberinto y encontró al Minotauro, lo mató y para salir de él siguió de vuelta el hilo que Ariadna le había dado. Algunas fuentes dicen que Teseo no mató al Minotauro con sus manos desnudas, sino con una espada que le proporcionó Ariadna cuando le dio el ovillo antes de entrar en el laberinto.

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